Un nuevo estudio revela la importancia de considerar el comportamiento social en el manejo animal.
La red social de los cerdos
Las redes sociales no son solo para quienes buscan conectar en TikTok o Facebook. Los investigadores están analizando las redes sociales de los cerdos para comprender mejor cómo las interacciones entre animales influyen en su rendimiento y bienestar.

“Al igual que los humanos, cuando se agrupa a los animales en un espacio limitado, incluso si tienen suficientes recursos, establecerán sus propios comportamientos y jerarquías”, comenta Dan Hamilton, director de rendimiento de producto en PIC. “Algunas de esas interacciones son positivas, otras negativas. Es como poner a tus hijos en el asiento trasero del coche por demasiado tiempo. Al final, se ponen inquietos y surgen conflictos. Los animales hacen lo mismo”.
Científicos del Instituto Roslin y del Colegio Rural de Escocia (SRUC), en colaboración con PIC y un equipo internacional de investigación, han estado analizando cómo se relacionan los cerdos entre sí a lo largo del tiempo utilizando tecnología para estudiar su proximidad durante las interacciones sociales.
Andrea Doeschl-Wilson, líder del grupo de genética de enfermedades infecciosas y modelos en el Instituto Roslin, señala que esto pone de manifiesto el poder de la inteligencia artificial en la agricultura y la importancia de considerar el comportamiento social en el manejo animal.

¿Qué comportamiento es el ideal?
“Queremos descubrir qué podemos aprender del comportamiento porcino”, afirma Hamilton. “Esto nos ayudará a determinar si debemos cambiar la forma en que los manejamos, cómo los alimentamos o incluso si debemos modificar la genética para tener un cerdo que ofrezca buen rendimiento y bienestar”.
En la primera prueba previa al ensayo de análisis de redes sociales, Hamilton indica que se evaluó si los rasgos de comportamiento eran hereditarios. Se sorprendieron gratamente al ver que presentaban una heredabilidad de entre el 20% y el 40%. Para ponerlo en perspectiva, rasgos habitualmente seleccionados por la industria como el tamaño de camada tienen una heredabilidad inferior al 10%. Algunos rasgos de crecimiento seleccionados actualmente tienen entre un 20% y un 30% de heredabilidad, por lo que lograr un 20%-40% en comportamiento es prometedor.
“Sabemos que podemos cambiar la dirección del comportamiento si medimos objetivamente los factores correctos”, dice Hamilton. “Pero la pregunta es: ¿qué rasgos se deben seleccionar? ¿Un cerdo que duerme más o uno que pasa más tiempo en el comedero?”

Cerdos comiendo en el comedero – imagen: National Pork Board y Pork Checkoff
Hamilton aclara rápidamente que no desea imponer su opinión al respecto. Por eso mismo los investigadores buscan entender más profundamente el comportamiento del cerdo a través del análisis de redes sociales.
Los cerdos también forman clanes
El estudio, realizado en una granja comercial de madres en EE. UU., demuestra cómo se pueden aplicar tecnologías emergentes para modernizar el manejo animal. Un sistema automatizado de monitoreo rastreó a los cerdos alojados en corrales interiores, recopilando datos individuales mediante cámaras y sensores de movimiento que registraban su postura y ubicación en tiempo real.
Gracias a la inteligencia artificial (IA) y técnicas para mapear las interacciones animales, los investigadores obtuvieron hallazgos interesantes sobre las relaciones sociales entre cerdos.
“Cuando se observa un corral de cerdos, siempre hay uno que se mueve más. Ese es el agitador”, dice Hamilton. “Hay otro que siempre está en el comedero y empuja a todos los demás. Estas son observaciones aisladas, pero el análisis de redes sociales permite identificar quién es cada cerdo y vincular eso a su genética”.
Los hallazgos demostraron que a medida que los cerdos pasan más tiempo juntos, sus interacciones sociales se vuelven más estructuradas. Algunos cerdos emergen como figuras centrales en sus grupos, lo que indica el desarrollo de una jerarquía social.
Los indicadores clave de conexión social, como cuán central es un cerdo en la red o cuán conectado está con otros, aumentaron con el tiempo. Esto sugiere que los cerdos forman relaciones sociales más estables y estructuradas conforme crecen. Los investigadores, en un estudio publicado en Animals, explican que esto pone de manifiesto la naturaleza dinámica de las estructuras sociales porcinas, antes difíciles de monitorear con tanto detalle y escala.
“A medida que la industria porcina adopta nuevas tecnologías, la capacidad de analizar el comportamiento animal a nivel individual y colectivo representa un gran avance.”
Andrea Doeschl-Wilson
Reducción de niveles de estrés
Hamilton sostiene que estos hallazgos pueden ayudar a los genetistas y productores a comprender mejor el comportamiento animal y mejorar las prácticas de cría y manejo. Entender más a fondo las interacciones sociales también puede ayudar a reducir comportamientos relacionados con el estrés, como el mordisqueo de colas, un problema frecuente de salud y bienestar que puede generar pérdidas económicas importantes.
“Ahora tenemos una herramienta para medir el comportamiento animal, cuantificarlo y aprovechar esos datos”, dice. “Si cada segundo se registran mediciones mientras el animal se mueve e interactúa, se genera un conjunto de datos enorme. No es algo que podamos analizar con una hoja de cálculo en Excel. Se necesita un programa con aprendizaje automático para descifrar los datos y definir los próximos pasos”.
La investigación demuestra cómo los enfoques basados en datos pueden respaldar decisiones más fundamentadas sobre genética, alojamiento y estrategias de bienestar animal, explica el estudio.
“Si uno piensa en la producción porcina de los últimos 20 o 30 años, ha evolucionado, pero muchos de los rasgos que medimos siguen siendo los mismos”, dice Hamilton. “Aspectos básicos como el tamaño de camada, lechones destetados, kilos destetados, velocidad de crecimiento, eficiencia y supervivencia son fundamentales. Pero si queremos seguir avanzando para mejorar el bienestar sin dejar de lado la eficiencia y la rentabilidad, necesitamos más rasgos que ayuden en esa misión.”
¿Qué más captarán las cámaras?
Hamilton considera que el siguiente paso es instalar más cámaras para seguir recopilando datos en los núcleos genéticos, multiplicadores y granjas comerciales, de modo que se pueda cubrir todo el ciclo de vida del cerdo.
“Después debemos analizar escenarios o factores que queramos entender mejor para ver si hay mejores formas de manejar o alimentar a los cerdos”, comenta. “Todavía estamos en una etapa temprana del proceso, pero tenemos motivos para estar muy motivados con esta inversión. Aun así, no contamos con el conocimiento suficiente como para confirmar resultados finales”.
PIC ha estado utilizando imágenes digitales para la selección de los aplomos. Esa tecnología se está implementando cada vez más en las granjas, añade Hamilton. También se está utilizando para determinar la condición corporal de las cerdas, duración del parto y otros aspectos.
“Tenemos muchos proyectos en marcha”, dice. “Algunos darán resultados, otros quizás no. Pero hay mucho entusiasmo. Contamos con todo un equipo de ingenieros y buenos aliados en la industria que nos están ayudando a hacer realidad esta tecnología. Es impresionante cómo la tecnología nos permite transformar una idea en resultados en poco tiempo. Lo más difícil es llevarlo al plano comercial, pero estamos avanzando.”
Este artículo fue publicado originalmente en porkbusiness.com: When Pigs Click: Social Network Analysis Reveals New Findings About Animal Behavior
Autora: Jennifer Shike
Julio de 2025