David y Cyril Jaglin utilizan la genética PIC y la cerda Camborough® de nueva generación. El número de lechones destetados ha aumentado. Los ganaderos valoran esta cerda tranquila y robusta.

SCEA de Goasmario:
2 socios (David y Cyril)
2 empleados
300 cerdas ciclo cerrado
340 ha
20 vacas nodrizas de raza charolesa
«Las nuevas primerizas tienen capacidad para destetar más lechones. Los cerdos son muy homogéneos», señala Cyril Jaglin, que gestiona la granja junto a su hermano David en Saint-Gilles-Vieux-Marché (Côtes-d’Armor).
La explotación lleva décadas utilizando la genética desarrollada por PIC: sus padres ya eran multiplicadores en los años 80. Recientemente han incorporado cerdas Camborough® de nueva generación, «que nos han permitido pasar de 12 a 14 lechones destetados, incluso 15 o 16 en las primerizas». El destete se realiza a las cuatro semanas, con un peso medio de 7,5 kg por lechón. Estos ganaderos bretones disfrutan en primicia de este avance genético: «PIC ha puesto en marcha nuevos centros de multiplicación en Francia para aumentar la disponibilidad de estas primerizas a partir de 2026», explica Benoît Cail, asesor genético de la empresa, quien indica niveles de productividad elevados, «más de 35 lechones por cerda y por año». Estos buenos resultados también se deben al alto índice de éxito en la inseminación: la fertilidad en primera IA alcanza el 97 %. «Esta cerda es prolífica», indica el asesor. Y Cyril lo confirma: «No tenemos repeticiones».
En la selección de la nueva Camborough® se da prioridad, en más del 50 %, a la robustez de la cerda y de los lechones (peso al nacimiento, pérdidas bajo la madre inferiores al 8 %, etc.). Otros criterios son la autonomía de la cerda, el crecimiento, el índice de conversión y la calidad de la canal. Las cerdas se inseminan con el verraco PIC410, «también muy robusto».
Genética al servicio del clima
En el manejo de los animales, David y Cyril Jaglin valoran el temperamento de esta cerda: «muy dócil, tranquila, no se mueve durante los cuidados; muy adecuada para maternidades en libertad». También han observado cambios en los nacidos vivos: «Muy pocos lechones nacen por debajo de los 900 gramos, y todo lo que destetamos, lo vendemos». La pérdida entre destete y venta es del 2,5 %. «La lactación va bien; son cerdas que destetan buenos lechones, con mamas bien repartidas. El consumo en maternidad es algo más elevado, pero los resultados acompañan. Esta cerda también destaca por su salud: podemos criar sin antibióticos».
El índice de conversión global de la granja es de 2,56; la edad media al sacrificio estandarizado a 115 kg es de 163 días.
Este rendimiento técnico y productivo contribuye a reducir la huella de carbono: «las emisiones de gases de efecto invernadero disminuyen un 7,7 % con la genética PIC respecto a la media europea», cuantifica Benoît Cail. En el oeste de Francia, estas emisiones rondan los 2,23 kg de CO₂ equivalente por kilo de peso vivo al salir de la granja.
Autor : Franch Paranthoën
El artículo original fue publicado en la revista especializada Paysan Breton, nº 3601, del 20 de marzo de 2025.