La eficiencia alimentaria es uno de los principales indicadores clave de producción (KPI) que los productores de porcino controlan en sus operaciones. Después de todo, los costes de alimentación son los que más contribuyen a los costes de producción (aproximadamente el 70% de los costes de producción son de alimentación). Sin embargo, no hay consenso sobre una definición única de eficiencia alimentaria, ya que dependería de aspectos económicos, geopolíticos, medioambientales y de seguridad alimentaria. Por ejemplo, la eficiencia alimentaria puede definirse como la reducción de los costes de producción debida a mejoras en la conversión alimentaria (kg de alimento necesario para producir 1 kg de ganancia de peso corporal). Siguiendo este razonamiento una pequeña mejora de 0,1 en el índice de conversión de pienso (IC) podría suponer una reducción de 4,19 euros en el coste de alimentación por cerdo a matadero. Si traducimos esto a una base por cerda, supondría en una reducción de 117,74 euros por cerda y año en costes de alimentación.
Cuadro 1: Ventaja económica de mejorar la conversión alimenticia en 0,1 (del destete a sacrificio)
Carácter | Real | Mejora del conversión alimenticia en un 0,1 |
---|---|---|
Peso al destete, kg | 7 | 7 |
Peso vivo final, kg | 100 | 100 |
Crecimiento desde el destete hasta final del engorde, kg | 93 | 93 |
Conversión alimenticia, 1: | 2,3 | 2,2 |
Consumo de pienso, kg | 213,9 | 204,6 |
Precio del pienso, €/kg | 0,45 | 0,45 |
Costes de alimentación, €/cerdo sacrificado | 96,26 | 92,07 |
Ventaja económica
4.19 €/cerdo a matadero
117.74 €/cerda/año
117,739 €/granja/año
Como ya se ha mencionado, la conversión alimenticia se define generalmente como la cantidad de producto por cantidad de pienso. Sin embargo, ¿cuál es ese producto final? En porcinocultura, puede ser kg de peso vivo ganado, kg de canal producida, rendimiento de piezas nobles, o rendimiento de cortes para comercio minorista. En el caso de la producción porcina, la eficiencia alimentaria suele medirse utilizando el IC, ya que es fácil de calcular y de interpretar. Sin embargo, recientemente ha aumentado el interés por desarrollar y utilizar nuevas medidas que representen la eficiencia alimentaria de una forma más precisa. De hecho, en un estudio irlandés se registraron al menos siete medidas diferentes de eficiencia alimentaria en cerdos de engorde.
Además, la eficiencia alimentaria es un rasgo complejo multifactorial, en el que influyen la gestión nutricional, el equipamiento y las instalaciones, la salud animal, la gestión del destete hasta el acabado y los factores medioambientales. Pero, sobre todo, la eficiencia alimentaria es también una decisión empresarial, ya que los productores deciden el sistema genético presente en la explotación. El sistema genético se refiere a la composición genética de las líneas paternas y maternas y al sistema de cruces utilizado. Además, los aspectos cruciales de las líneas paternas y maternas incluyen una combinación del proveedor genético utilizado por el productor, las líneas genéticas específicas utilizadas para las líneas paternas terminales y las líneas maternas, y el programa de mejora genética del proveedor genético.
Mejora genética de la eficiencia alimentaria
La producción porcina está evolucionando rápidamente y la eficiencia alimentaria debe reconsiderar ahora todos los aspectos que repercuten en la sostenibilidad de toda la cadena de valor del cerdo. Los futuros programas de mejora genética deben tener en cuenta un peso equilibrado entre la productividad del censo de cerdas, el crecimiento rápido y eficiente, la robustez y el valor total de la canal para una producción porcina exitosa y eficiente. Por lo tanto, tenemos que dejar de ver la eficiencia alimentaria sólo desde una perspectiva métrica de producción dentro de etapas de producción específicas, y empezar a mirar la eficiencia global de un sistema en su totalidad.
La eficiencia alimentaria de todo el sistema consiste en crear más kg de proteína por kg de pienso utilizado en toda la cadena de producción.
En PIC, nuestro programa de mejora genética se basa en cuatro pilares principales que maximizan el valor en toda la cadena porcina y mejoran la eficiencia alimentaria de todo el sistema:
1. Productividad del censo de cerdas: Producción de lechones viables de calidad con peso óptimo al nacimiento y uniformidad de la camada provenientes de cerdas eficientes, lo que significa más carne por cerda y camada con insumos reducidos.
2. Crecimiento rápido y eficiente: Una gama completa de verracos terminales, que proporcionan progenie de altos pesos al destete y cerdos con buen rendimiento incluso a pesos de sacrificio elevados, suponen un retorno de la inversión gracias a un coste de alimentación optimo y una menor huella de carbono conseguida* (mediante la combinación de una buena genética terminal y materna)
3. Genética robusta: Este pilar ayuda a mejorar la longevidad de las cerdas y disminuye la mortalidad en todas las fases de producción, lo que se traduce en un menor uso de antibióticos, un mayor bienestar animal y una reducción de la mano de obra.
4. Valor total de la canal: Maximizar las piezas nobles y la calidad de la carne reduce el desperdicio y ayuda a proporcionar un producto de alto valor nutritivo y asequible para el consumidor final.
Es hora de cambiar nuestra forma de pensar sobre la eficiencia alimentaria en la industria porcina. Tenemos que pasar de la utilización de piensos a pensar en la utilización total de recursos por kg de proteína animal producida.
1Para más información sobre la reducción de la huella de carbono visite: Mejorar la huella climática: ¿Qué aporta el progreso genético?