La producción porcina tiene impacto ambiental por factores como la emisión de gases de efecto invernadero, uso de agua, consumo de energía y generación de residuos. Dicho impacto está estrechamente relacionado con parámetros clave en la producción entre los que destacan la tasa de crecimiento, la ingesta de alimento y el tamaño de la camada. Los programas de mejora genética en producción porcina tienen un impacto sobre estos parámetros que deberían resultar en una reducción del impacto ambiental.
El presente artículo aplica dos estudios de evaluación del ciclo de vida (LCA) para cuantificar tal reducción.
En la primera LCA, se comparó el impacto ambiental de los cerdos en el año 2021 con el impacto previsto en el año 2030 concluyéndose una mejora del 7-9% en el periodo de 9 años analizado.
En la segunda LCA, se comparó el impacto de los cerdos de la empresa de mejora Genus-PIC con el promedio de la industria porcina de Norteamérica concluyéndose que los cerdos de esa empresa tienen un impacto 7-8% menor en comparación con promedio de la industria norteamericana. El estudio demuestra que la mejora genética porcina se asocia a resultados ambientales positivos como respuesta a la selección de objetivos de mejora orientados a la rentabilidad productiva. La inversión en la estructura de las poblaciones de cría, la inversión tecnológica y la eficiencia operativa de las empresas de mejora genética serán determinantes en el impacto ambiental de la producción porcina.
Comentario de PIC
Juan Manuel Herrero, Servicio Genético, y Pablo Magallón, Servicios Técnicos, PIC Europa del Sur
Las cadenas de suministro agrícolas y ganaderas están intentando avanzar en los objetivos climáticos, generalmente mediante estrategias viables para promover necesidades de sostenibilidad en materia de medio ambiente, productividad y rentabilidad. Sin bien el impacto de los programas de mejora genética se han asociado históricamente al aumento de la productividad y la rentabilidad de la industria agroalimentaria, su impacto en la reducción en el impacto medioambiental es mucho menos conocido. Los resultados de este estudio demuestran, no solo que los programas de mejora genética porcina reducen la emisión de gases de efecto invernadero, el uso de recursos y la generación de residuos, sino que además este impacto ambiental puede ser cuantificado de manera creíble y defendible mediante una Evaluación del Ciclo de Vida (LCA) conforme a la norma ISO.
El próximo paso para su aplicación en la industria porcina sería crear un marco que permita a las industrias clave en la producción porcina, reclamar y certificar reducciones de emisiones de carbono. El trabajo representa un importante paso hacia un objetivo más ambicioso: proporcionar metodologías y criterios para cuantificar, verificar y reportar reducciones de gases de efecto invernadero en la producción porcina de manera estandarizada y creíble. La reducción del impacto ambiental mediante tecnologías como la mejora genética entre otras, se asociarán en el futuro con un valor adicional del producto, tanto a nivel de cerdo vivo como de carne y derivados. Este estudio establece por tanto las bases para que la cadena de suministro de cerdo avance hacia compromisos climáticos ambiciosos y cree nuevos atributos de producto monetizables para los ganaderos.
Este artículo se publicó originalmente en la revista comercial española SUIS.